Vecinos de Barajas se concentran para exigir el desalojo inmediato del edificio okupado

La paciencia se ha agotado en el barrio del Aeropuerto en Barajas. Este martes, decenas de vecinos se han concentrado de forma pacífica para exigir el desalojo inmediato del edificio industrial okupado que, aseguran, ha alterado por completo la vida del vecindario.

La situación, denunciada en el programa hace unos días, ha llegado a un punto de inflexión tras un fin de semana marcado por la tensión y las provocaciones.

"El viernes hubo un punto de inflexión. Hoy ha llegado el día de protestar pacíficamente, no queremos enfrentamientos obviamente, pero sí dejar claro que queremos que estas personas se vayan, todos, ya, cuanto antes", declara Carmen, una de las vecinas afectadas, reflejando el sentir general de todos ellos.

El edificio, que llevaba 19 años desalojado, pero nunca había sido okupado hasta ahora, se ha convertido en el epicentro de una grave crisis de convivencia. Según datos proporcionados por la policía a los residentes, en su interior viven actualmente 43 personas.

Los vecinos aseguran que el grupo es una mezcla de personas vulnerables y delincuentes que han sembrado la inseguridad en la zona, con robos y amenazas. Muchos de los okupantes, señalan, proceden del conocido como hotel de los horrores de San Blas.

La tensión en las últimas 48 horas ha ido en aumento. "Estamos todavía por la fase de provocaciones. Nosotros no caemos obviamente porque sabemos lo que hay y sabemos que en este caso tenemos las de perder, pero estamos en la fase de que nos provocan, nos han lanzado cosas…", relata otro vecino.

También explica que el acceso al inmueble está muy controlado: "La policía no deja entrar a nadie que no estuviera registrado", como si de un censo se tratara.

La petición de ayuda está dirigida a todas las instituciones. Los residentes, aunque reconocen que las autoridades les han transmitido que no les abandonarán y que reforzarán la seguridad, ven este último anuncio con escepticismo.

"Nos han dicho que van a poner un poquito más de seguridad, que eso tampoco es bueno para nosotros porque al final mucha seguridad nos van a poner, pero eso nos da a entender que se va a alargar en el tiempo", comenta una de los afectados.

El gran temor de los vecinos es que el tiempo se convierta en su peor enemigo y que el problema se enquiste, perpetuando una situación que ya califican de insostenible. Su demanda es clara y unánime: buscan una solución inminente que devuelva la normalidad y la seguridad a su barrio.