La Fundación Casa de México en España (FCME) ya tiene todo listo para celebrar el Día de los Muertos con su tradicional altar del que podremos disfrutar a partir del 7 de octubre hasta el 12 de noviembre.
Este año el altar rinde homenaje a 30 mujeres cuya trayectoria ha destacad en ámbitos como la historia, las artes visuales y escénicas, el periodismo, la literatura, la política, el activismo social, la música y la ciencia.
"Decidimos que este año era muy importante para resaltar a las mujeres de México. Todas las personas que están aquí son mujeres que vivieron en el pasado, ya han muerto. Son personajes de la vida cultural, artística, social, política, de México", nos explica Paola Perdomo, su diseñadora.
"Tenemos desde la Malinche hasta la reconocida Frida Kahlo, que precisamente el año pasado el altar estuvo dedicado a ella, pero en esta ocasión quisimos presentarles a más mujeres interesantes que hemos tenido", añade.
En el altar de muertos predomina el color naranja, color de la flor de cempasúchil, que estará presente desde la fachada principal para guiarnos por las escaleras hasta el altar que estará compuesto por elementos tradicionales como fotos, velas, agua, pan de muerto, flores de cempasúchil y calaveras de azúcar.
Adicionalmente, Casa de México ofrece un programa de actividades integradas por talleres de manualidades, ciclo de cine, talleres gastronómicos y visitas mediadas que ayudarán a conocer más sobre esta increíble tradición.
Estos son los elementos de la Ofrenda del Día de Muertos
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Sal: Elemento de purificación que sirve para que el alma no se corrompa en su viaje.
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Agua: Simboliza la regeneración de la vida.
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Velas: Representan el fuego que ilumina el camino de las almas.
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Calaveritas de azúcar o chocolate: Recuerdan que todos somos mortales. Se acostumbra a personalizarlas con el nombre del difunto en la frente.
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Copal: Una resina aromática que purifica el alma y guía a los difuntos hacia la ofrenda.
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Flores de cempasúchil: Guía el camino de los muertos con su color y aroma.
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Pan de muerto: Por un lado, representa la eucaristía cristiana, por otro, el cuerpo y los huesos humanos a los que se espolvorea azúcar.
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Alimentos y bebidas que le gustaban en vida al difunto. Para rendirle homenaje.
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Fotografía de los difuntos a quienes se dedica el altar.
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Objetos personales que el difunto valoraba u objetos de carácter religioso.
