(Actualizado

Tres jóvenes de 17 y 19 años han resultado heridos esta noche, uno de ellos de carácter grave, en un altercado ocurrido en el madrileño barrio de Villaverde. Según Emergencias Madrid, dos de los heridos, incluido el grave, sufren heridas por arma blanca, mientras que el tercero presentaba contusiones.

Tres jóvenes heridos en una nueva pelea a navajazos en Villaverde

Hablamos con Katia Núñez Castillo, antropóloga y experta en bandas juveniles, sobre el perfil de estos nuevos miembros. Ha estado en contacto con jóvenes de los 'Dominican Don’t Play' y 'Trinitarios' con motivo del trabajo de su tesis doctoral, por lo que ha podido entrevistar a alguno de sus miembros y conocer de fondo el funcionamiento de estas bandas.

"A partir de 11 o 12 años empiezan a interesarse por estas agrupaciones", aunque Katia no tiene tan claro que se integren a ellas tan jóvenes. Cuando ella trabajaba con ello en 2015 el más joven tenía 14 años.

Sobre su forma de acceder a estas bandas, Katia destaca la influencia de las redes sociales. Un total de 2.500 jóvenes pertenecen a bandas latinas en Madrid: 500 son adolescentes de entre 11 y 13 años, 1.200 entre 14 y 18 años y 800 entre 19 y 25 años.

"A raíz de la pandemia, las redes sociales están teniendo un papel muy importante entre los adolescentes y esas bandas las están utilizando para llegar a estos chavales porque consideran que pertenecer a ellas puede ser divertido", dice Katia. La incorporación de chicas a las bandas igualmente registra un incremento significativo. De hecho, ya existen bandas exclusivamente femeninas.

El mosaico de armas que utilizan apenas ha variado, aunque sí la facilidad como las adquieren a través de Internet. Hay 50 grupos de 'Ñetas' y 'Lating Kings', y más de 80 de 'Trinitarios' y 'Dominican Don’t Play'.

Sus señas de identidad también han variado y ya no visten externamente prendas que les identifiquen. Ahora, estos jóvenes intentan pasar desapercibidos para no ser identificados por las bandas rivales ni por la policía.

Con la pandemia, los pandilleros han dejado de reunirse en parques, polideportivos y plazas públicas para reubicarse en inmuebles vacíos o abandonados, donde preparan sus acciones delictivas.

Los psicólogos alertan de que cada vez hay más jóvenes que simpatizan con las bandas violentas a través de redes sociales

¿En qué consiste el negocio de estas bandas?

Robos, venta de droga y cuotas. Para pertenecer a una banda hay que pagar una cantidad de dinero a la semana, va de los 5 a los 50 euros dependiendo de la edad. Los jóvenes de 11 años pagan 5 y a partir de 19 la tarifa subo a 50 euros.

En cuota consiguen unos 185.000 euros a la semana y 9,6 millones de euros al año. Quien no contribuya económicamente recibe sanciones conforme a su rango dentro del escalafón. La peor sanción es el denominado "minuto de pared": recibir golpes durante ese tiempo por parte de tres o cuatro compañeros hasta caer al suelo ensangrentado.