Vídeo: EVA S. CUESTA | Foto:Telemadrid
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A dos días de la celebración de los Santos Inocentes, el ambiente festivo y travieso se apodera de la capital. Y si hay un lugar emblemático para abastecerse de todo lo necesario para una buena inocentada, ese es el mercadillo navideño de la Plaza Mayor.

Entre las luces, los adornos y las figuritas para el Belén, conviven decenas de puestos donde las bromas son las auténticas protagonistas.

Los clásicos nunca fallan y siguen siendo los reyes de la jornada del 28 de diciembre. Los chicles que atrapan el dedo, los cojines tirapedos, las falsas cacas de plástico y las bombetas que estallan siguen copando las ventas.

El mercado navideño de la Plaza Mayor, tradición madrileña desde el siglo XVII

Sin embargo, cada año llegan novedades que renuevan el repertorio del bromista. Entre los productos más curiosos de esta temporada se encuentran lenguas de mentira elásticas, chuletones de plástico hiperrealistas o ratoncitos de goma que simulan ser de verdad.

Los vendedores, expertos en el arte de la inocentada, ofrecen incluso consejos sobre cómo emplear estos artilugios para lograr el mayor efecto sorpresa. "Yo aconsejo ponerlo dentro de una servilleta, dentro de un zapato, de una bota, del bolsillito de un abrigo...", sugiere una de ellos, demostrando que la creatividad es tan importante como el chiste en sí.

Conocemos a Noelia, heredera del puesto número 1 en el Mercado Navideño de Plaza Mayor

La tradición marca que el 28 de diciembre está permitido gastar bromas de todo tipo, siempre que sean inofensivas y no causen daño. El grito de "¡Inocente, inocente!" al descubrir la trampa sigue siendo el colofón imprescindible.

Así que presten atención porque inocentes podemos ser todos. La Plaza Mayor está lista para proveer a madrileños y visitantes de todo lo necesario para una jornada de risas y sustos momentáneos.