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Después de que el incendio forestal de este martes arrasara con una superficie aproximada de 250 hectáreas en menos de veinticuatro horas, hemos podido visitar la casa de Rubén, la única afectada por el fuego.

Vivía con su mujer e hija de 7 meses, pero ahora ha tenido que pedir ropa a familiares. “Tenía mis habitaciones, cuartos de baño, mis herramientas de trabajo”, cuenta a Madrid Directo.

“Yo pude salir corriendo, cogí a mi mujer y a mi hija”.

José, su padre, nos acompaña y enseña cómo los vehículos con los que trabaja han quedado completamente calcinados: “Ni para chatarra ya vale”.

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También han perdido 12 gallinas, “solo pudimos sacar 3 galgos que habían ahí”. “Hemos perdido todo. No pedimos lujos, por lo menos lo mínimo, que nos arreglen el techo, de lo demás nos encargamos nosotros”, relata su padre.

Las vías del tren actuaron de cortafuegos protegiendo a decenas de vecinos. Una vecina nos cuenta:“sufrí mucho por los animales. Las cosas, cosas son”.