La Puerta del Sol, epicentro de la Navidad en Madrid

La Puerta del Sol ha vuelto a transformarse en el corazón de la Navidad madrileña. Con el encendido oficial del alumbrado el pasado 22 de noviembre, la plaza más emblemática de la ciudad ha iniciado formalmente el periodo festivo, atrayendo a una multitud de madrileños y turistas ansiosos por capturar el espíritu navideño.

Sin duda, el gran protagonista de este escenario es el colosal árbol de Navidad, un símbolo profundamente querido que este año repite diseño tras su exitosa acogida en 2024.

Con una imponente altura de 37 metros, la estructura está cubierta por 245.000 puntos de luz LED de alta eficiencia energética, una medida que se extiende a toda la iluminación navideña de la ciudad para combinar belleza y sostenibilidad.

El árbol, coronado por su característica estrella, se viste además con más de 3.360 bolas rojas de distintos tamaños (30, 20 y 15 centímetros), creando una imagen vibrante y festiva.

Pero la magia no se limita al árbol. La propia plaza y las principales vías de acceso al entorno, como las calles Preciados, Carmen y Mayor, han sido engalanadas con instalaciones lumínicas y decorativas a gran escala, tejiendo un mapa de luz que invita al paseo y al asombro.

La Puerta del Sol no solo es el epicentro de las celebraciones durante el mes de diciembre, sino que también es el escenario principal de la Nochevieja. Es aquí donde el reloj de la torre de la Casa de Correos marcará la hora oficial de España para las doce campanadas del 31 de diciembre.

En esa gran fiesta de fin de año, el árbol navideño se convierte en un testigo luminoso de ilusión y nuevos comienzos, compartiendo protagonismo con la multitud que se reúne para recibir el Año Nuevo.

Este espacio se consolida así, un año más, como el punto de encuentro indiscutible para disfrutar de las celebraciones, hacer fotografías y compartir momentos especiales en el marco incomparable de una Navidad que ya brilla con luz propia en el centro de Madrid.

La Puerta del Sol durante el periodo navideño constituye el epicentro de las celebraciones, transformándose en un espacio de gran relevancia cultural y social.