Hoy, los familiares de 19 víctimas de violencia vial han entregado en el Congreso más de 650.000 firmas solicitando penas más duras por conducir bajo los efectos de las drogas y el alcohol. "Si conseguimos esta reforma, estaremos evitando más tragedias y sufrimiento. Estamos a tiempo".
"Queremos un incremento de las penas en los casos de los mal llamados homicidios imprudentes porque son homicidios dolosos, en los cuales hay una violencia al volante manifiesta. Hoy por hoy, las penas son de 1 a 4 años y queremos un incremento", nos cuenta María José.
María José es madre de Iván, un menor de 15 años que, el pasado 9 de diciembre de 2016, fue atropellado mortalmente cuando esperaba, de forma correcta, con su padre en una marquesina ubicada en Neptuno, tras ir a ver las luces de Navidad.
Las lesiones provocadas al menor, que acabó desplazado metros más allá por el impacto, eran incompatibles con la vida. Pasó 9 días en la UCI, pero finalmente falleció. El conductor que lo hizo dio positivo en alcohol y drogas, entre ellas cocaína, el vehículo era robado e iba a 135 km/h, cuando la zona está limitada a 30 km/h.
El autor del atropello contaba con hasta 45 condenas previas y antecedentes, pero por el atropello a Iván ya ha cumplido el máximo de pena por homicidio imprudente, es decir, 4 años. Ahora, está cumpliendo condena por otros delitos hasta 2027.
Por este motivo, María José está luchando, junto a otras víctimas de violencia vial, para que se endurezcan las condenas y que, en casos como el de Iván, no se consideren como homicidio imprudente, sino como homicidio doloso.
