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Nos sumergimos en los más de 142 años de historia del Teatro Lara para conocer sus rincones y los secretos que esconde, junto a Antonio, su director. Construido en el número 15 de la Corredera de San Pablo en el año 1879, es uno de los teatros más bonitos de Madrid desde el punto de vista arquitectónico.

El teatro cuenta con una pequeña sala donde se toma la decisión de si una obra se va a producir o no. En ella también guardan las butacas originales, que fueron cambiadas hace 20 años porque ya tenían unos 90 y los espectadores protestaban por ser incómodas.

Sus paredes han vistos cómo se estrenaban obras de Jacinto Benavente o Manuel de Falla. "Hay que tener en cuenta que el Teatro Lara se inauguró el 3 de septiembre de 1880. Gran Vía se empezó a construir en 1910. O sea, 30 años después", nos cuenta Antonio.

El palco real está reservado para las autoridades. "Es una zona separada del resto, tiene su propio baño, tiene una zona de espera, tiene una salita". Asimismo, la sala principal cuenta con unas 450 butacas, entre el patio de butacas y los tres pisos.

Algunas de las butacas cuentan con placas marcadas con el nombre de alguna que otra celebridad, como Imanol Arias o Maribel Verdú. "Todas estas plaquitas son de gente que compró las butacas para la renovación del patio y ahora tienen la suya propia", nos cuenta Elena, que tan solo lleva dos meses trabajando en el teatro, pero ya se conoce todos sus secretos.

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Pero donde realmente se cuece todo es entre bambalinas. Debajo del escenario podemos encontrar el foso, tras cruzar un oscuro pasillo que conecta el hombro derecho con el hombro izquierdo. A su vez, en el foso podemos encontrar "una aparición", que se usaba para subir a actores y objetos al escenario, o los antiguos huecos que usaban los apuntadores.

Cuenta la leyenda que en el Teatro Lara habita el fantasma de Lola Membrives, una actriz argentina del siglo XIX que pasó mucho tiempo entre sus paredes y fue muy querida. De hecho, tienen una sala con su nombre, un espacio abierto y dinámico donde tienen cabida las representaciones menos convencionales y más innovadoras del teatro.