Vídeo: EVA S. CUESTA | Foto:Telemadrid
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Este fin de semana, cuando la mayoría retrasen sus relojes una hora en la madrugada del sábado al domingo, Alberto Vélez, el encargado del mantenimiento de los 70 relojes históricos del Congreso de los Diputados, se enfrenta a una compleja y delicada misión: sincronizar décadas de historia y mecánica con el nuevo horario de invierno.

Mientras que en las casas el cambio se realiza con un simple gesto, para Vélez supone un arduo trabajo. La colección, que abarca desde piezas de mediados del siglo XIX hasta relojes eléctricos modernos, requiere un procedimiento específico y manual para cada uno, lejos de la automatización actual.

Este fin de semana, cambio de hora ¿por última vez?

Tres tipos de relojes, tres procedimientos distintos

Vélez explica que los relojes se dividen en tres categorías principales, cada una con sus particularidades. Con el cambio de esta semana, que implica retrasar las agujas, el proceso es especialmente delicado en los mecanismos más antiguos.

"Hay tres tipos de relojes. En este caso, como es un reloj de mediados, finales del XIX, hay que ir variando la hora de media hora en media hora, de 30 minutos en 30 minutos, para que no se descoordine la sonería con la marcha del reloj", detalla.

Vuelta al cambio de hora: ¿Hay que seguir manteniéndolo? ¿Cómo nos afecta?

El ritual con las joyas de la corona

Dos relojes destacan por su importancia histórica y su complejidad:

  • El Reloj Astronómico: Ubicado en el Escritorio del Reloj, es la pieza más importante de la colección. "Para hacerle el cambio horario tengo que acceder a la máquina y parar el péndulo. Lo tengo que atrasar, parar el péndulo durante una hora y, al cabo del rato, sigo haciendo el recorrido y lo acabo poniendo en marcha otra vez", describe Vélez.
  • El Reloj de la Sala de la Reina: Otra joya de mediados del XIX que en su día presidió el hemiciclo. Afortunadamente, su intervención es más sencilla. "Simplemente es abrir la puerta y modificar la hora, una hora menos. Este no hay problema porque, como no tiene sonería, no se descoordina".

    De la historia a la actualidad política

    Junto a estas piezas centenarias, conviven relojes de uso cotidiano en la actividad parlamentaria. Uno de los más visibles es el que utilizan los políticos para controlar sus turnos de palabra durante los plenos.

    "Este es un reloj eléctrico ya. Para cambiarle la hora simplemente la parte de acceso de atrás del reloj tiene un conmutador para variarla", aclara Vélez, mostrando la evolución tecnológica dentro de la misma institución.

    Alberto Vélez es el centinela que guía a estos testigos del tiempo a través del cambio horario, asegurando que, cuando el domingo amanezca, cada uno de los 70 relojes del Congreso marque, no solo la hora correcta, sino también el compás de la historia.