Del Canal de la Navidad al Bosque de los Deseos: el plan inmersivo que ilumina Pontejos
La ilusión navideña se fortalece cuando se comparte y se pide con el corazón
En pleno corazón de Madrid, en la céntrica plaza de Pontejos, la magia navideña se transforma en una experiencia sensorial y educativa. Se trata del 'Canal de la Navidad', un recorrido inmersivo gratuito que fusiona el espíritu festivo con un mensaje crucial: la importancia de cuidar y valorar el agua.
La aventura, diseñada especialmente para que los más pequeños sean protagonistas, es un viaje a través de los tres estados del agua: sólido, líquido y gaseoso. Los visitantes son recibidos por los 'Guardianes del Agua', quienes les guían desde la imponente Puerta de Hielo, donde comienza la historia del agua mágica.
El itinerario continúa por una Cueva Mágica iluminada con reflejos azules, donde una cascada da vida a un manantial sembrado de esferas de luz flotantes. Tras cruzar un puente encantado, se accede a la Sala de Vapor, un espacio repleto de intrincados engranajes, manivelas y válvulas.
Aquí, los niños no son solo espectadores: pueden depositar sus deseos navideños en las esferas de luz, que viajan a través de tubos como el agua hacia una misteriosa sala final. En ese último espacio, los asistentes viven un emotivo encuentro con alguien muy especial, donde culmina el viaje de sus peticiones.
Las visitas son gratuitas y se organizan en grupos de veinte personas, con una duración aproximada de veinte minutos. El 'Canal de la Navidad' estará abierto hasta el 5 de enero en horario de 10.00 a 22.00 horas, con algunas excepciones: permanecerá cerrado el 25 de diciembre y el 1 de enero, y los días 24 y 31 de diciembre y el 5 de enero, el cierre se adelantará a las 16.00 horas.
El Bosque de los Deseos
Completando la experiencia, en el exterior se encuentra el 'Bosque de los Deseos'. En este espacio, también gratuito y abierto hasta el 6 de enero, madrileños y visitantes pueden colgar sus tarjetas con buenos propósitos para el año nuevo en unos originales árboles de Navidad, cada uno representando una línea de Metro de Madrid.
Una iniciativa que demuestra que, ya sea en forma de árbol decorado o de esfera de luz viajera, la ilusión navideña se fortalece cuando se comparte y se pide con el corazón.
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