Rodeado por el paseo de la Castellana y por las vías del tren, la colonia San Cristóbal contrasta enormemente con las Cuatro Torres de Madrid, edificios que se encuentran en el lado de la Castellana con una de las áreas más privilegiadas de la capital: amplios jardines y espacios despejados con edificaciones con increíbles vistas a la sierra.
Entre rascacielos de ejecutivos no se percibe una realidad paralela de Madrid, porque con tan solo una rápida búsqueda en nuestros móviles encontramos ofertas de pisos en alquiler con precios que oscilan entre los 2.000 y 3.000 euros. Pero al otro lado de la Castellana, frente a toda esta área financiera, todo cambia. El precio del alquiler aquí no es comparable. En esta colonia podemos encontrar desde vertederos ilegales hasta asentamientos de chabolas rodeadas de caminos peligrosos llenos de basura.
Polideportivos en escombros y colegios sin niños
El origen de esta colonia fue otorgar viviendas a los conductores de autobuses por su proximidad a las cocheras. De ahí el nombre de San Cristóbal, por ser el patrón de los conductores. Según cuentan los vecinos, el declive del cuidado administrativo de esta colonia se inició con la Operación Chamartín de hace 25 años, que, según explica Eusebio Casado, miembro de la Asociación Familiar San Cristóbal, fue la excusa que tuvieron para recortar inversión en infraestructuras.
Según cuentan los vecinos a El Mundo la colonia experimenta "elevados índices de contaminación. De un polideportivo que se cae a pedazos y de un colegio que lleva 30 años sin alumnos". Lo que sí parece claro es la falta de recursos en infraestructura de la zona, colonia que suele ser tratada en los medios para hablar sobre el plan de Madrid Nuevo Norte, un proyecto que reconfigurará la colonia buscando un modelo más sostenible, pero que no dará inicio hasta dentro de varios años.
