Barrio de viajeros, vecinos y turistas: Descubrimos Príncipe Pío
- Céntrico, bien comunicado, con grandes avenidas, zonas verdes y vistas al Madrid de los Austrias
Céntrico, bien comunicado, con grandes avenidas, zonas verdes y vistas al Madrid de los Austrias, paseamos por un barrio de viajeros, vecinos y turistas. Descubrimos Príncipe Pío.
Visitamos una zona con un edificio emblemático que da nombre al barrio, la antigua Estación del Norte y un ejemplo de arquitectura modernista, de finales del XIX. Singular, protegido y multiusos.
El primer tren que partió de esta estación fue en agosto del año 1861. A pesar de estar ubicado al oeste de la ciudad, se llamaba Estación del Norte porque fue construida por la Compañía de los Caminos de Hierro del Norte de España.
En su origen además era la puerta de España a Europa. "Llegaron a este lugar los más importantes políticos, artistas, toreros, y se produjeron importantes eventos en la historia de nuestra ciudad", nos cuenta Miguel Jiménez, gerente de trenes históricos de la Fundación de Ferrocarriles.
Además, la estructura se mantiene prácticamente intacta. "Responde a la típica ingeniería del hierro, que permite cubrir grandes superficies sin apenas apoyos y que el humo de las locomotoras se pudiera proyectar hacia arriba sin ningún problema". Actualmente es intercambiador, Cercanías, metro, autobuses y centro comercial.
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Colindante al intercambiador, se esconde un gran teatro, con escalera imperial, forja negra, y ascensores de antaño. Un lugar protegido donde el arte da la nota y toma la escena: el CaixaBank Príncipe Pío.
Se trata del único teatro del mundo dentro de una estación y está catalogado por Patrimonio Nacional como edificio singular, es decir, que está protegido en su totalidad. "Todo el trabajo de hierro, toda la forja, es de los discípulos de Eiffel", nos cuenta Fernando Pizarro.
Los ascensores, de finales del siglo XIX, se mantienen intactos. Otra de las joyas que lo compone son las taquillas. "Se vendían billetes de tren y hoy en día localidades para asistir al teatro", añade Fernando.
"El último tren partió de la estación en el 93 con destino a Galicia. Desde entonces ha estado más de 30 años abandonado" hasta hace tan solo tres años, que se convirtió en un teatro de última generación.
"Todas las butacas van fijadas con aire en el suelo, se pueden levantar y se recogen debajo del escenario y en unos 20 minutos queda todo el espacio diáfano para conciertos de pie. Tenemos un aforo de 1.900 personas. Una cosa muy importante, estamos al lado de una estación y no se escucha nada".
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Un barrio situado en la margen izquierda del Manzanares, con una ermita desconocida para muchos, muy pintoresca y rodeada de zonas verdes: la Ermita de la Virgen del Puerto. En el interior, el espacio se organiza en torno a una cúpula central. En ella, se encuentra enterrado el Marqués de Vadillo.
La Virgen del Puerto, patrona de Arganzuela, sale a procesionar en las fiestas de la Melonera. "En todo el Manzanares se lavaba la ropa. Había puestos de melones y las lavanderas, cuando querían tener un matrimonio fructífero, venían a ofrecerle un melón a la Virgen. Luego se lo comías y si el melón estaba bueno, el matrimonio iba a ser fructífero", nos cuenta Alfonso Hernández, secretario de la ermita.
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Buscamos un respiro entre calles, coches, locales y más. De la calzada a una azotea con una de las mejores vistas de todo Madrid, las del Hotel Jardines de Sabatini. "Tenemos un servicio tanto de coctelería como de tapas si alguien se quiere venir a cenar", nos dice Charo. Pero eso no lo es todo, el hotel esconde en el sótano un museo privado de coches clásicos.
