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La portavoz del equipo de Gobierno del Ayuntamiento de Madrid ha valorado positivamente los primeros cien días de gobierno de Manuela Carmena, en los que, ha afirmado Maestre -tras admitir que en los despachos “se trabaja más” de lo que pensaba- “se han hecho muchas cosas”. Algunas, en continuidad con las medidas de Botella, como el programa de verano de ocio y comida para los niños, y otras encaminadas a poner en duda la anterior gestión. Están levantando las alfombras en el Ayuntamiento -según ha confirmado- y han “encontrado ya cosas que nos hacen dudar de algunas de la partes de la gestión anterior. Por ejemplo, en lo que se refiere al alquiler de edificios municipales, con un sobrecoste de nueve millones y medio, un dinero que es de todos y que no sabemos adónde ha ido”. E, independientemente de que pueda haber o no un recorrido judicial, en todo caso cree que “ha habido una cultura de despilfarro y de poco cuidado y cariño con el dinero público. No solo en términos legales, sino también en términos éticos. Se ha gastado dinero en cosas que no se adecuan a las necesidades de los madrileños”. Maestre ha recordado que había “toda una estructura de privilegios y una forma de pensar la Administración donde los funcionarios tenían un papel muy pequeño y donde quienes tomaban las decisiones eran personas de fuera, con lo había una estructura hinchada de personal eventual que hemos reducido, con un ahorro de más de un millón de euros”.

Por otro lado, Rita Maestre también se ha referido al problema de la limpieza en Madrid, un tema, según ha subrayado, muy importante para este equipo de Gobierno. “Madrid está sucia. Igual de sucia que antes de las elecciones”, ha empezado admitiendo la concejala, para quien “la clave de la negociación está en que tiene que haber más gente limpiando Madrid. Estamos estudiando con las empresas adjudicatarias las fórmulas para hacer eso”. Maestre ha explicado que cuando las empresas se reunieron con Manuela Carmena “admitieron que las condiciones del contrato no eran buenas y que el servicio que estaban prestando tampoco era bueno, que había habido una acuerdo que había salido mal”. Y ha asegurado que todos son “conscientes” del problema y que “desde todas las partes se está buscando una solución”. “En esa negociación estamos y la vamos a resolver muy pronto”.”Vamos a poner un mes”, ha estimado Maestre cuando ha sido preguntada por plazos, porque “es la prioridad número uno del equipo de Gobierno y de Manuela”. Y, “si fuera necesario”, remunicipalarían el servicio. “A las empresas se lo hemos dicho en público y en privado”.

Sobre la subida del IBI, la portavoz ha comentado que el PP no tienen ninguna credibilidad al respecto porque “la anterior alcaldesa y su equipo son los han subido el IBI de manera desorbitada. Lo que hemos hecho nosotros, con el acuerdo del Pleno, es proponer una bajada del IBI residencial a todo el mundo, admitiendo que nos parece un impuesto que grava de manera desigual”, porque, según ha dicho, la bajada del IBI ha sido igualitaria para quien tiene cinco pisos que para quien tiene uno, “pero en todo caso hemos hecho esa bajada”, que en el caso de la subida a una parte del comercio, se justifica, según ella, “porque en una época de crisis tiene sentido que quien más capacidad tiene, aporte más. Hemos planteado una bajad del IBI para la mayor parte del comercio y una subida pequeña para las grandes superficies. Nos parece bastante razonable”.

En cuanto a la cuestión de la pobreza energética, Maestre ha destacado el papel “mediador” de las instituciones y ha dicho que ya se han sentado con las empresas para tratar el problema. El resultado, según ha comentado, es que han encontrado “una respuesta por parte de las empresas más abierta y negociadora de lo que cabía esperarse. No entendemos cómo esto no se ha hecho antes”. Maestre ha añadido que le sorprendieron, “en primer lugar, los bancos”, pero que se alegra “muchísimo”.

También ha dicho que se mantendrán firme ante la demanda del grupo Wanda para derribar la fachada del edificio de la Plaza de España. “Cuando compró el edifico ya sabía que no podía derribar la fachada. Es un chantaje injusto”.