El cuerpo humano es mucho más sabio de lo que a veces se piensa y manda señales claras en relación a todo lo que le rodea. Es por esto que las personas 'meteorosensibles' son capaces de sentir que se va a producir un cambio en el tiempo en base a las reacciones experimentadas en su cuerpo.
El profesor de Geografía Física Alberto Martí explica que la "sensibilidad de algunas personas ante diferentes situaciones atmosféricas se puede traducir, por una parte, en dolores musculares o de huesos". A estas afecciones hay que añadirle aquellas de carácter psicológico y emocional, como depresiones o ansiedad, estrechamente vinculadas a la falta de luz.
La doctora, terapeuta emocional y escritora Marisa Navarro, autora de 'La medicina emocional', nos cuenta en nuestra sección de salud de Madrid Contigo por qué el frío, la lluvia, el viento y, sobre todo, la falta de luz puede llegar a afectarnos tanto.