Suegras que cocinan, nueras que se hacen de rogar y muchas risas
Tres suegras y una nuera hablan, entre humor y cariño, sobre paellas, táperes y las visitas que nunca son tan frecuentes como ellas quisieran
Juani, una de las invitadas, afirma con orgullo: “Yo soy suegra, me llevo muy bien con mi nuera y con mi yerno. Estoy deseando que vengan a comer, porque yo hago paella”.
Entre risas, reconoce que es de las que “dan un poquito más y otro poquito más”, y que siempre prepara táperes en cantidades ingentes para sus hijos y su nuera. Además, cuenta que reparte comida casera para el banco de alimentos, sus vecinos y hasta Pinto entero.
Espe lanza una petición con ternura: “Mi nuera es muy maja, pero no viene las veces que yo quisiera. Me gustaría que viniera todas las semanas, aunque a veces solo aparece una vez al año”. Su nuera, Sonia, vive en la Sierra de Gredos, y aunque la distancia se nota, el cariño se mantiene intacto.
Entre anécdotas y complicidad, las invitadas dejan claro que ser suegra es cocinar, cuidar y tener siempre la puerta abierta, incluso cuando las visitas se hacen esperar.
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