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En 1970, Ted Post, que luego se luciría dirigiendo a Clint Eastwood en algunos filmes se encargó de la primera secuela de la saga de los simios.

La acción se sitúa en el año 3955, cuando el capitán Brent a bordo de su nave parte en busca del desaparecido coronel Taylor – Charlton Heston – entrando en la misma espiral espacio temporal que le hace llegar al planeta de los simios, donde ellos mandan y los hombres son esclavos. Las más que entretenidas aventuras que narra al filme tiene como protagonistas al ya mencionado Heston y a un actor muy popular por entonces: James Franciscus. Los dos, por cierto, como envasados al vacío.

Utilizando al máximo los recursos que le dejó en herencia la anterior y con la intención de tener tanto éxito como su predecesora, Regreso al planeta de los simios tiene, cuanto menos, una intriga tan sorprendente como aquella, en la que conviven por decir algo los peligrosos monos que se aferran al poder con garras y dientes, los chimpancés científicos siempre de mente mucho más abierta y los casi irreconocibles humanos supervivientes a los que la radiación que prácticamente acabó con su especie ha convertido en peligrosos mutantes. Heston y Franciscus manejan con vigor y espíritu de lucha el último tramo del filme en el que las constantes referencias al desastre de la escalada nuclear mantuvieron expectantes a los espectadores que buscaban algo más que mero entretenimiento. Para no desmerecer, la primera secuela de la saga simia recaudó lo mismo que la película madre, unos 20 millones de dólares de los e entonces, y fue número 1 en taquilla en todo el mundo.

Hay que reconocer el impacto de los personajes descritos en la novela de Pierre Boulle en el ámbito audiovisual. Ha sido tal, que ha dado lugar a tres adaptaciones: La de los sesenta con Charlton Heston y sus cuatro secuelas, la de 2001, dirigida por Tim Burton – y la actual que va ya por su tercera entrega cada una más exitosa que la anterior. Y, además de todo esto también se han llevado a cabo dos series de televisión.

Ni caso a lo de segundas partes y tal. El final os va a dejar clavados en la butaca.