Un día en los años 80 | Archivo
(Actualizado

El nacimiento del primer PC, las salas de máquinas recreativas, ET y Los Goonies en cartelera o Michael Jackson asombrando al mundo con su Thriller. Hablamos, cómo no, de los años ochenta. Seguro que si La máquina del tiempo de H. G. Wells fuera una realidad, muchos y muchas la utilizarían para volver a esta década que comenzó el 1 de enero de 1980 y finalizó el 31 de diciembre de 1989 (sí amigos, hace ya 32 años, que se dice rápido).

A lo largo de la historia siempre se han idealizado los tiempos pasados: el arte y la cultura grecorromana sirvió de inspiración al Renacimiento y La Belle Époque y “los felices años veinte” se añoraron generaciones después. Y los ochenta no iban a ser menos. El éxito de esta década despunta con fuerza sobre otras como los setenta o los noventa y se ha convertido en un oasis temporal cada vez más visitado por nostálgicos que buscan su estética, ahora vintage.

Máquinas recreativas de los años 80 | Archivo

De vuelta a los ochenta

Te despiertas. Estás tapado con unas sábanas de La Guerra de las Galaxias que “molan cantidubi”. Tu cuarto está decorado con pósteres de E.T., el extraterrestre y de Indiana Jones en busca del arca perdida, porque las películas de Steven Spielberg son increíbles. Además de una lámpara de lava. Una vez de pie, para despejarte, practicas el salto de la grulla de Karate Kid: todos queremos ser como Daniel Larusso y tener un sensei Miyagi que nos enseñe a “partir la pana”.

Tu padre te dice que no vuelvas tarde, que la hora de comer es sagrada. “¡Okey makey!”.

Vas a por el desayuno, un tazón de cereales Nestlé con leche y ColaCao o Nesquik (no vamos a meternos en esta ancestral discusión). Mientras, ves los dibujos: David el Gnomo, La aldea del Arce, Heidi, D'artacan y los mosqueperros, Mazinger Z, etc. Tu madre está hablando con una amiga por teléfono para ir al cine a ver Dirty Dancing, donde actúa un tal Patrick Swayze. Tu padre está mirando los resultados deportivos. El Real Madrid ha vuelto a ganar. “La quinta del Buitre” está imparable.

De nuevo en la habitación abres el armario. “¿Qué me pongo?”, piensas. Todo es de colores vivos y vibrantes. “¿Me pongo la chaqueta con las hombreras?”. Te decides por la chupa de cuero y unos pantalones vaqueros que compraste el otro día y que desgastaste para que pareciera que tienen diez años. Ah, y sin olvidar las gafas de sol Ray-Ban. Antes de salir de casa le das un beso a tu madre. Tu padre te dice que no vuelvas tarde, que la hora de comer es sagrada. “¡Okey makey!”.

Helados de los años 80 | Yo fui a EGB

Coges la bicicleta y das “un voltio”. Paras en la tienda del barrio porque te apetece un helado. ¿Cuál eliges? ¿Un Drácula, un Frigo dedo o un Frigo pie, un Capitán Cola, un Frigurón? Te decantas por uno de limón. Llegas a la sala de máquinas recreativas. Pong, Space Invaders, Pinball, Tetris, Tekken, Street Fighter, Mario Bros, Asteroid… La lista es interminable. Pero hoy venías con la idea de jugar al Pacman, que no traes demasiadas monedas. Hay un chaval jugando, así que, “a la cola Pepsicola”.

Pac-Man | Redacción

Antes de volver a casa pasas por la librería. Echas un vistazo a los libros de Celia y Antoñita la Fantástica que están en la entrada, la colección de Los Cinco y los volúmenes de Elige tu propia aventura. En los tebeos ojeas alguno de Mortadelo, de Zipi y Zape y los de superhéroes de Forum.

Tebeos de los años 80 | Redacción

Para comer hay macarrones con chorizo. En la tele está el telediario, aunque tú preferirías ver algún otro programa, como La edad de oro de Paloma Chamorro o La bola de cristal con Alaska vestida de la Bruja Avería. O alguna serie como Verano Azul, Anillos de oro, Turno de oficio o Brigada central. Pero es el mediodía, y esa es la hora de las noticias.

Después de comer te sientas con tus padres en el sofá, que vais a ver una película. Tu madre rebusca entre una pila de VHS, todos filmes actuales. El resplandor, Cristal Oscuro, Blade Runner, Gremlins, Los Cazafantasmas, La historia interminable, El club de los cinco, Regreso al futuro, Dentro del laberinto, Top Gun, Flashdance, alguna que otra de Pedro Almodóvar… Se decide por La princesa prometida, pero tú ya la has visto varias veces y te sabes de memoria los diálogos (“Hola, me llamo Íñigo Montoya, tú mataste a mi padre, prepárate a morir”), así que coges tu cubo de Rubik. Lo tienes desde hace años, pero todavía no has sido capaz de juntar más de una cara.

Cubo de Rubik | Telemadrid

Ya por la tarde vuelves a la calle, al parque, donde has quedado con la pandilla. Por el camino vas comiendo un Superman, chorizo con pan, que te ha preparado tu madre y tocas el telefonillo de Antonio. Lo coge su madre y tú haces la clásica pregunta: "¿Puede bajar Antonio?".

Estáis todos en el parque, sentados en un banco. Tú no puedes dejar de mirar a Laura porque "alucinas pepinillos" con lo guapa que es. A su lado está Javier, que es "más tonto que Abundio" y también va detrás de ella. Estáis todos esperando a que Carlos termine de dar vueltas con el boli Bic a una cinta de casete. Una vez se ha pasado entera la cinta, pone la cara A de la nueva mixtape que ha preparado en un radiocasete que él mismo ha traído. I want to break free de Queen, Billie Jean de Michael Jackson, Livin’ on a prayer de Bon Jovi, Take on me de A-ha, Girls just wanna have fun de Cyndie Lauper, Sweet child o’mine de Guns N’Roses, Karma Chameleon de Culture Club, Under pressure de David Bowie… Pero tu favorita es Don’t worry be happy de Bobby McFerrin. Quedáis para salir de fiesta esa noche, pero ahora cada uno a su casa. "Chao pescao".

Radiocasete de los años 80 | Archivo

Por la noche, en el garito, te pides un cubata en un vaso de tubo. Un "roncola". Están sonando grupos españoles del momento: Chica de ayer de Nacha Pop, Me colé en una fiesta de Mecano, Enamorado de la moda juvenil de Radio Futura, Sabor de amor de Danza Invisible, Devuélveme a mi chica de Hombres G, Aquí no hay playa de The Refrescos, A quién le importa de Alaska y Dinarama... Buena música y amigos. "Flipas en colores" de lo bien que te lo estás pasando.

Una década de contrastes

En España los años ochenta se vivieron como una época de "libertad". La recién estrenada democracia española a finales de la década anterior supuso un cambio radical en la sociedad y las libertades que se habían visto coartadas durante el franquismo se instauraron en el día a día. "La movida madrileña" es el gran reflejo de una población que ansiaba experimentar.

Mientras que aquí celebrábamos la nueva realidad, el mundo vivía baja las tensiones de la Guerra Fría entre Estados Unidos y la Unión Soviética, que no cesaron hasta el 9 de noviembre de 1989, ya prácticamente acaba la década, con la caída del Muro de Berlín.

El terrorismo fue una realidad durante todos estos años y los atentados contra grandes personalidades se sucedieron: los disparos contra el Papa Juan Pablo II en la Plaza de San Pedro; el intento de asesinato contra el presidente de Estados Unidos, Ronald Reagan; o la muerte del ídolo de The Beatles, John Lennon, que recibió cinco tiros.

Además, multitud de acontecimientos trágicos tuvieron lugar, como el enfrentamiento entre Gran Bretaña y Argentina por Las Malvinas, que mantuvo al planeta en vilo; la "plaga" del SIDA, que, además, era vista como una lacra social; la explosión nuclear en uno de los reactores de Chernobyl, uno de los mayores desastres humanitarios y medioambientales de la historia; o la matanza en la Plaza de Tiananmen en China.

Sin embargo, también fue una época de grandes avances y descubrimientos: IBM lanzó el primer computador personal y nació la World Wide Web. Sin olvidar que en esta década brillaron artistas como el indiscutible rey del pop, Michael Jackson.

Lo que no cabe duda es que la década de los ochenta fue una época histórica cuya estética marcó a miles de personas y que, en el presente, continúa atrapando a otras tantas.