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Bajo las calles de Madrid, entre la Catedral de la Almudena y el Palacio Real, se abre una puerta la pasado.

La cripta de la Almudena, una de las grandes desconocidas del patrimonio madrileño, está separada de la catedral y es la Parroquia de Santa María la Real de la Almudena, lugar donde se celebran los bautismos y bodas en este templo.

Fue inaugurada en 1911 concebida como parte del ambicioso proyecto de la catedral, pero su historia comenzó mucho antes ya que aquí descansan cientos de personas como el arquitecto Francisco de Cubas.

Además, sus columnas coronadas con capiteles evocan figuras bíblicas y motivos de la naturaleza.