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Las fiestas en pisos son una tónica general de Madrid. De hecho, incluso durante la pandemia se han seguido celebrando. Para hacernos una idea del enorme volumen de estas “celebraciones”, solo en el primer trimestre del 2021, la policía ha tenido que intervenir en más de cuatro mil fiestas ilegales.

En Semana Santa, periodo en que muchos cogen unos días libres, se llegaron a contabilizar hasta cien fiestas ilegales al día en viviendas de la capital. Una práctica cada vez más frecuente y que rompe el descanso de numerosas comunidades de vecinos.

Así son las fiestas ilegales en Madrid que no puede detectar la policía

El popular distrito Centro de Madrid es uno de los principales focos de las fiestas ilegales. Estadounidenses, franceses, gente de todos los puntos de España… El Centro es un punto de reunión tanto para los propios madrileños y madrileñas como para todos los turistas que visitan la ciudad.

Los abundantes pisos turísticos de este distrito se convierten en el “lugar ideal” en el que continuar con la juerga una vez pasada la hora del toque de queda. Un espacio en el que divertirse sin tener en cuenta el ruido, excediendo el número máximo de personas permitidas en el domicilio y olvidando las mascarillas y la distancia de seguridad.

Nos invitan a una fiesta en un piso turístico

Son casi las once y los locales empiezan a recoger para cumplir con el toque de queda. Furgones y furgones de la policía paran uno por uno a todo aquel que se encuentra todavía en la calle pasada la hora y le piden la documentación.

Las calles se vacían, pero… ¿A dónde van todas estas personas? Es en ese momento donde comienza el peligro. Y es que muchos no quieren que la fiesta se acabe tan pronto y deciden continuarla en casa.

Precisamente, un grupo de franceses que están de visita en Madrid ha invitado a una fiesta en su casa a dos compañeras de La comunidad, que se han colado para contarnos todos los detalles desde dentro.

La policía no puede entrar en el domicilio

Entre quince y veinte personas se encuentran en la casa, más de las permitidas por las medidas de seguridad a causa del coronavirus. Todo el mundo está bebiendo y, por supuesto, nadie lleva la mascarilla puesta, a pesar de no ser convivientes. Y por si todo esto fuera poco, el jaleo y el ruido que montan no es poco.

Las sanciones por fiestas ilegales van de hasta 3.000 € las leves a 600.000 € las muy graves

La policía ha llegado al domicilio, que es una vivienda de uso turístico. Los agentes tienen que llamar varias veces a la puerta, porque dentro no responde nadie. Una vez que abren, sin mascarilla, dicen que solo son tres. Pero el número de asistentes va aumentando: pasa a cuatro y luego a seis.

Una denuncia por ruido es el resultado de la visita policial. Al no tener autorización, la policía no puede entrar en la vivienda para comprobar el número de personas que hay dentro: si no hay delito penal no pueden entrar sin una autorización judicial.