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La subida de la cesta de la compra empieza a reflejarse en la cantidad de robos que sufren los supermercados. La inflación ha hecho que los hurtos se disparen un 44%. Se cometen un millón al año y esto supone unas pérdidas de 600 millones de euros a las empresas, que se ven en la tesitura de innovar en tecnología para blindar la compra de sus productos.

Los productos más codiciados por los ladrones son las bebidas alcohólicas, los productos ibéricos y curados y los destinados al afeitado, como los recambios de cuchilla. También el chocolate, el café o las conservas están entre los alimentos favoritos de los ladrones.