Conchita Bautista tuvo el honor de ser la primera persona en representar a España en Eurovisión. La cante fue al festival con un vestido prestado por su amiga Carmen Sevilla y una mantilla que le propusieron para taparse el escote, aunque ella no hizo mucho caso. La andaluza llegó a representar cuatro años más tarde de nuevo a España en Eurovisión y fue la primera cantante en presentar programas de televisión. Tras el fallecimiento de su única hija, Conchita Bautista desapareció mediáticamente.
En 1983, Remedios Amaya fue la gran esperanza de España en el concurso. A pesar de que España se quedó prendada de su arte andaluz, Europa no llegó a entender muy bien el concepto de ‘la barca y la deriva’. Remedios tuvo un total de 0 puntos en Eurovisión y tras ello intento continuar en el foco mediático sacando diferentes discos flamencos, pero ninguno pasó a la historia.
Con Anabel Conde rozamos la victoria en 1995. La madrileña consiguió el segundo puesto con una balada que muchos la denominaban como “lenta y repetitiva”. A pesar de la gran hazaña, la cantante no tuvo notoriedad y se presentó cinco veces más, pero sin éxito.