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Las abejas viven entre 45 días y tres meses y trabajando toda su vida tan solo son capaces de reunir una pequeña cucharadita de miel. Así de valioso es su esfuerzo y su producto. Junto a nuestra compañera Estefanía Masó descubrimos la magia de la miel.

Para ello nos dirigimos a unas colmenas de Miraflores de la Sierra, un pueblo situado en un valle a 49 km de Madrid. En cada una de sus colmenas podemos encontrar entre 20.000 y 100.000 abejas.

Miraflores de la Sierra está situado en un valle a 49 km de Madrid

“El ahumador permite que podamos trabajar con las abejas”, nos explica Rafa, apicultor. “Al darles humo piensan que se les quema la casa y recolectan miel dentro de su propia colmena, llenan el abdomen y ya no pican”.

Una vez que les hemos echado el humo, podemos sacar los cuadros de miel de la colmena, donde “las partes más anaranjadas son polen”. Una vez extraído el cuadro, le quitamos la capa de cera para que pueda salir la miel.

¿Cómo hacen las abejas la miel? “Es una mezcla de sus jugos gástricos, el polen y el néctar”, explica Tomás, apicultor.

La miel de Miraflores es muy especial porque las colmenas están muy alejadas de cualquier cultivo en el que puedan utilizar pesticidas. “Es una miel oscura porque viene, fundamentalmente, de roble”, cuenta Tomás.