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El Martinet, un centro público de Ripollet, tiene un proyecto pedagógico innovador sin asignaturas ni balones y lucha contra la Administración para eliminar la cancha de su patio.

Plantean que las pelotas se asocian a juegos competitivos que, además, incitan al consumismo.

También afirman que los juegos con pelotas invaden gran parte del patio y recluyen a los que no juegan, en su mayoría niñas, a la periferia de la pista.

Hablamos de este nuevo proyecto educativo con María Belén Gonzalez, la directora de Nuestra Señora de la Paloma, uno de los centros que ha implantado este proyecto.

“El uso de la pista va rotando entre diferentes cursos y hemos habilitado nuevos espacios para hacer música, escalar, plantar o comer tranquilo y solo prohibimos los juegos con balón los viernes”, cuenta la directora del centro.

Hay tres tipos de zonas: activas, semiactivas y tranquilas.

“Hemos conseguido que los alumnos se relacionen más con niños que tienen otros intereses”.