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En el paleolítico ya se empleaba este material para la fabricación de objetos y utensilios como los primeros zapatos.

En Villarejo de Salvanés es un material muy arraigado, ya que se dedicaban a la labranza. La labor de espartero era muy dura puesto que requería muchas horas, lluvía o mucho calor.

"Quien trabaja el esparto, de pan nunca harto"

El esparto se recolecta en otoño aunque se puede coger en cualquier estación. La planta se llama ‘atocha’, dando nombre también a la estación.

Una vez es recolectada, se cuece, se tiende al sol, es pasada por rastrillos para ser peinada y, por último, se introduce en la rueda donde se crea el hilo.