Se ha convertido ya en una tradición. Los vecinos del lago Orankesee, en Berlín, reciben la Navidad con un gélido baño, ataviados con gorros de Papá Noel. Eso sí, esta vez no hacía tanto frío. De los 5 grados bajo cero del año pasado, a los 3 grados positivos con los que han realizado la inmersión este año.