Vídeo: Redacción | Foto:Telemadrid
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¿Qué mejor forma de morir que morir de amor? Eso debió de pensar Mariano José de Larra aquel 13 de febrero de 1837, cuando decidió terminar con su vida. El Romanticismo está muy sobrevalorado, nos tememos. Aquellos tipos intensos se pasaban de atormentados. Y Larra practicaba el Romanticismo xtreme. Con 27 añitos, Larra nos dejó del todo tras una visita nocturna de su amada en la que venía a decirle que no quería saber nada más de él. Se largaba con un tipo más guapo y más rico.

"Oh, tormentoso corazón, Oh desgarrador acero". Algo así debió pensar Larra cuando acertó de lleno en su sien con una bala. Pero este no fue el único arrebato de Larra. Años antes, dejó los estudios porque se enamoró de una señora mucho más mayor que él y que (atención spoiler) ¡resultó ser LA AMANTE SECRETA DE SU PADRE! Ni el mejor guionista, oiga...