Tras la huella del legendario campeador. Dos mil kilómetros de carreteras, once rutas, numerosos enclaves, pueblos y ciudades aguardan al viajero que se sumerge en las páginas del Cantar de Mio Cid.
El esfuerzo de varias diputaciones por recrear y seguir al detalle los pasos de Rodrigo Díaz de Vivar se traduce en el Camino del Cid, con alojamientos, restaurantes y consistorios dispuestos a sellar la cartilla del peregrino para atestiguar que siguió las aventuras y desventuras del legendario campeador, desde el Destierro hasta Tierras de Fronteras, del perdón de Alfonso VI a la Afrenta de Corpes.
El Enfoque de Ida y Vuelta recorre un puñado de kilómetros del Camino del Cid para dar cuenta de que una visita es tan obligada como insuficiente, pues cada rincón bien merecería una escapada singular. Charlamos con los gestores de la ruta, los participantes que nos encontraremos en el camino y dedicamos unos minutos al padre de la idea. Todo ello culminado por unas cuantas expresiones –enseñanzas- cidianas.