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Para llegar a Torrelaguna casi hay que alcanzar a la vecina Guadalajara, siguiendo la trayectoria a la inversa del río Jarama que por este punto se encuentra con el Lozoya.

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Una localidad que sorprende desde el mismo origen de su nombre. Se llama así porque había una torre y una laguna situadas en lugares separados, pero que por un curioso efecto óptico desde Uceda, un pueblo cercano, y parecía que la edificación estaba dentro de la laguna.

La Iglesia Santa María Magdalena se comenzó a construir en el siglo XV y se alargó hasta mediados del XVII. Uno de sus principales precursores, y uno de los más queridos, es el mismísimo Cardenal Cisneros, oriundo de Torrelaguna.

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Siguiendo el camino hacia las murallas encontramos diferentes casas solariegas que no dejan a nadie indiferente. La alhóndiga, típica casa castellana del siglo XV, comenzó siendo el mercado de abastos inicialmente, pero con el paso de los años ha tenido diferentes funciones.