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Aprendemos a elaborar este dulce tradicional del Día de Muertos, en México. El primer paso es dividir los bollitos de ralladura de naranja, agua de azahar, mantequilla y azúcar, en trozos de 70 gramos. A partir de ahí, se trata de buscar la forma redonda, que representa el ciclo de la vida.

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Continuando con la elaboración, se forman los huesos y el cráneo que adornan la parte superior del bollo, para llevarlo a fermentar. Una vez han pasado dos horas y media se meten al horno diez minutos.

Para ir terminando con la receta, se rebozan en azúcar y canela. Así se consigue ese sabor tan exquisito que buscamos en el pan de muertos.