Cercedilla, el lugar que unió a Joaquín Sorolla y Juan Ramón Jiménez
El pintor llego a este municipio para tratar la tuberculosis de su hija mayor
La presencia de Joaquín Sorolla en Cercedilla no se debió inicialmente a un interés artístico, sino a razones de salud. A comienzos del siglo XX, el aire fresco y seco de la sierra de Guadarrama era considerado beneficioso para tratar enfermedades pulmonares como la tuberculosis.
La hija mayor del pintor, María, padecía esta dolencia, y por ello la familia se instaló en la zona, al igual que otras personalidades de la época, como Santiago Ramón y Cajal.
En esos años, Guadarrama se consolidó como un centro de referencia para tratamientos médicos. El sanatorio de La Fuencisla, diseñado por Antonio Palacios e inaugurado por Alfonso XIII, se convirtió en símbolo de este auge sanitario.
Durante su estancia en Cercedilla, Sorolla retrató a figuras relevantes de la política y la cultura, entre ellas José Canalejas, primer ministro liberal, y el poeta Antonio Machado. También tuvo relación con Juan Ramón Jiménez, quien había residido en la misma casa antes que el pintor. El Nobel llegó a la sierra aquejado de depresión y, siguiendo las indicaciones de un médico de la Institución Libre de Enseñanza, encontró alivio en los paseos diarios por la montaña.
La amistad entre Sorolla y Juan Ramón Jiménez se plasmó en un gesto singular: el pintor le regaló un retrato valorado en 5.000 pesetas a cambio de un poema.
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