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Robinho, de ser nombrado el sucesor de Pelé a posar para su ficha policial. De deslumbrar con sus regates en el Real Madrid y en el Milán, a vivir entre los muros de una prisión brasileña.

De vivir de fiesta en fiesta en suntuosas mansiones a compartir con otro recluso una celda de ocho metros cuadrados.

La Policía brasileña detiene a Robinho para su ingreso en prisión por una violación grupal en Italia

Robinho fue condenado en Italia a nueve años de prisión por violación grupal a una joven albanesa en 2013. Un delito que siempre negó.

Brasil no concede extradición, así que la justicia italiana pidió que cumpliera condena en su país. Según Robinho, por una razón evidente: "Racismo, racismo".

Se filtran los audios del caso Robinho

Por un contundente diez votos a uno se ha desestimado su recurso de puesta en libertad. Cuando jugaba en el Manchester City en 2009 fue acusado de otro caso de violencia sexual. La acusación se archivó.

Ahora arregla televisores tras realizar un curso en la cárcel y prepara su futuro junto a otro preso, con el que plantea lanzar una empresa de apuestas. Tendrá que esperar porque aún le quedan ocho años de cárcel.