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Kike, el pequeño de 11 años, nació con una enfermedad que le afectaba al crecimiento, por lo que siempre ha estado condicionado. A pesar de ello, ha crecido como un niño normal, pero este mes ha tenido que ser intervenido dos veces en la misma semana. Sus padres, Bertín Osborne y Fabiola, están tranquilos.