El primer instrumento conocido para medir los grados de temperatura fue el termómetro de aire. Con los años, se fueron descubriendo y desarrollando nuevos termómetros que prometían más calidad y conservación en el tiempo, a parte de, por supuesto, indicar con precisión la temperatura. Fahrenheit descubrió que el mercurio era el material más adecuado para medir la temperatura puesto que no se congelaba fácilmente, y propuso la primera unidad de medida de temperatura, los grados Fahrenheit.
