Tras más de dos años de obras, la céntrica estación de Ópera reabre aunando historia y modernidad. Los antes angostos pasillos han sido sustituidos por amplios vestíbulos. Y las obras han dejado al descubierto vestigios arqueológicos que ayudan a conocer un poco más cómo era Madrid hace siglos... y diez metros más abajo. Ahora toca disfrutar de este museo bajo tierra.