Rogelio y Paz son un matrimonio de de 77 y 74 años de edad que, hace 5 años, no podían ni imaginar que el piso que le alquilaron a una mujer con una consulta de osteopatía se convertiría en su peor pesadilla. La inquilina pagó los primeros meses de renta, pero pronto dejó de hacerlo: acumula en estos 5 años una deuda con ellos de 40.000 euros.
Un juez la ha declarado vulnerable a pesar de que está jubilada desde hace unos meses. El matrimonio incluso le ha ofrecerle perdonarle su deuda con tal de que se vaya del piso. Pero no acepta.
A la inquilina también le pagan la luz y el agua y, según los propietarios, ella obtiene un dinero extra realquilando las habitaciones del piso de Mirasierra que tiene 110 metros útiles y cuenta con piscina comunitaria.
Mientras Rogelio y Paz están viviendo en el garaje de su casa. Su hijo se ha separado y vive con los nietos en la vivienda.