Pedro Corral: “Los madrileños antepusieron la humanidad a la ideología, esa generación es un ejemplo para nosotros”

  • El escritor recoge en ‘Vecinos de sangre’ más 15.000 testimonios de vecinos, de porteros que se jugaron la vida y de madrileños para dar una visión inédita de la guerra civil en Madrid
  • En la guerra civil en Madrid “hubo campo de batalla en las propias casas denuncias y delaciones, pero también humanidad, piedad, compasión y solidaridad”
Foto: TELEMADRID |Vídeo: Telemadrid

Pedro Corral, periodista, escritor y autor de “Vecinos de sangre” ha manifestado en una entrevista en Buenos Días Madrid de Telemadrid que durante la guerra civil en Madrid hubo “bastantes personas que antepusieron la humanidad y el aprecio personal a la ideología”

El libro de Pedro Corral recoge más de 15.000 testimonios de vecinos, porteros y gente civil, y da una visión inédita de la guerra civil en Madrid que fue uno de los escenarios más importantes porque “propagandística, bélica y políticamente Madrid fue la clave de la guerra civil”.

24.000 documentos uno a uno

Un material que está digitalizado en el archivo ‘Pares’ y con el que Corral ha tenido “la paciencia de verme uno a uno 24.000 documentos”.

Señala que, a los porteros, por ejemplo, “les obligaron los franquistas cuando entraron en Madrid a hacer una declaración jurada, es decir que podían levantarte falso testimonio si no decías la verdad de lo que había ocurrido en cada inmueble. Esos 15.000 testimonios sí te ofrecen una idea de lo que fue la vida cotidiana del Madrid de la guerra”.

Los testimonios cuentan detenciones registros, vecinos asesinados, incautaciones y robos en cada casa, en el libro se condensan esos 24.000 documentos en los testimonios más sorprendentes y más insólitos. Hay de todo, delaciones, ajustes de cuentas, rencores inconfesables, pero también hay humanidad, piedad, compasión, solidaridad… “

Libro Vecinos de sangre / TELEMADRID
Libro Vecinos de sangre |TELEMADRID

Creo que las casas fueron cada una de ellas un pequeño universo –añade- donde se vivió la guerra de distinta manera, hubo campo de batalla en las propias casas, no sólo los bombardeos de la aviación y la artillería franquista, sino porque hubo denuncias y delaciones, primero en la guerra, unos contra otros, y después en la posguerra”.

Fraternidad entre contrarios

Corral invita a que imaginemos una situación como esa “en la que hay una fractura de la convivencia y todos se convierten en enemigos unos de otros. A mí lo que más me ha llamado la atención es la capacidad de los vecinos de construir un refugio en cada casa contra los desastres de la guerra a través de la solidaridad, vecinos izquierdistas protegen a vecinos derechistas y después de la guerra viceversa”.

Señala al respecto que "hay bastantes personas que anteponen la humanidad, el aprecio personal a la ideología y creo que ese es un ejemplo para todos nosotros hoy de esa generación que tuvo que vivir y sufrir la guerra, sobre todo como pudieron construir entre todos con el afecto de proximidad y vecindad un refugio a la barbarie y al odio”.

Melchor Rodríguez, un ejemplo

Cita ejemplos de ello como el de “Melchor Rodríguez, el dirigente anarquista director general de prisiones que detiene las ‘sacas’ de las cárceles madrileñas que acabaron en Paracuellos. Es curioso porque sale en varios testimonios, siempre como un espíritu benefactor que está allí donde se le necesita para salvar vidas, como indica el título de la novela de Joaquín Leguina ‘Yo te salvé la vida’ dedicada a Melchor Rodríguez".

"Es un ejemplo para todos nosotros esa generación que tuvo que vivir y sufrir la guerra, sobre todo como pudieron construir entre todos con el afecto de proximidad y vecindad un refugio a la barbarie y al odio”

"Yo he encontrado el testimonio de uno de sus chóferes al que acusan de haber usado el coche para saquear las casas y donde lo niega y dice que se dedicó a meter en el maletero del coche por indicación de Melchor Rodríguez a gente para que pudieran refugiarse en embajadas extranjeras”, afirma.

Relata Corral que investigó en la casa de la calle Sagasta 28, que “es donde vivían mis abuelos y uno de los que hace la declaración es mi abuelo quien alaba la actitud de la portera de la casa en defensa de los vecinos”.

Porteros que se jugaron la vida

Reconoce que hay un tópico sobre los porteros “ya que es verdad que hubo muchos que delataron y eso condujo a asesinatos, pero también que tenían desde el año 34 la condición de auxiliares de la policía gubernativa. Lo que explica ese papel de los porteros del que siempre se ha hablado de que eran una horda de delatores al servicio de la barbarie roja, como lo pintó la propaganda franquista”.

“Pero al final he encontrado, haciendo números, que murieron más porteros en el Madrid de la guerra bajo la represión del Frente Populista que los que Franco fusiló después de la guerra, porque defendieron a sus vecinos. Muchos de ellos de UGT o CNT, cuando venían las milicias a hacer cualquier atropello sacaban el carnet para que no entraran”.

Señala que este papel de los porteros fue reconocido después de la guerra por el Ayuntamiento de Madrid que instituyó la Medalla de la Lealtad a aquellos porteros que se habían jugado la vida por defender a sus vecinos. “A mí lo que me emociona es esa compasión esa capacidad de sobreponerse a la barbarie, al odio, al rencor por humanidad hacia el contrario, al adversario”.

Mejores Momentos

Programas Completos