Jesús, el ganadero de las vacas que salvaron al 'árbol milagro' del incendio de Tres Cantos: "Lo tienen de tumbadero"
- El 'árbol milagro' de Tres Cantos se salvó de las llamas gracias al pastoreo de las vacas
Se le conoce ya como el 'árbol milagro' de los incendios de Tres Cantos. Se salvó de las llamas gracias al pastoreo de las vacas, que hizo de cortafuegos natural contra el fuego.
Cada vez más pueblos recurren a cabras y ovejas para limpiar el monte que los rodea y así reducir el riesgo de incendios. No obstante, la ganadería extensiva ha caído un 80% en España, poniendo en peligro esta barrera natural.
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En el programa 'Buenos días Madrid' hemos hablado con Jesús, ganadero y propietario de esas vacas que hicieron de bomberos para salvar su árbol de las llamas.
"Es un faenón, no una faena", comienza diciéndonos Jesús sobre el incendio de Tres Cantos y sus devastadores efectos sobre los vecinos de la zona.
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Ahora bien, ¿qué fue lo que ocurrió realmente para que esta pequeña zona de terreno se salvara del incendio y quedara intacta como una isla entre las cenizas?
"Los animales lo tienen ahí de tumbadero, que lo animales cuando el fuego no estaban ahí, que estaban metidos en unos corrales", explica el ganadero, que añade que los bomberos no acudieron a esa zona, sino que se dirigieron a salvar las vaquerías: "Lo demás lo dejaron arder porque era pasto y no importaba o no se podía apagar o no podían apagarlo".
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Pues bien, este árbol se encuentra en el camino entre los establos y el pilón de agua al que bajan a beber, en una zona sin apenas árboles que den sombra.
Es por eso que las vacas, tras abrevar en el pilón, se tumban bajo el árbol para guarecerse del sol como refugio frente al calor. Así, al comer y aplastar el pasto de esta zona, las llamas no tuvieron qué quemar cuando llegaron.
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Asimismo, el incendio de Tres Cantos arrasó el terreno de Jesús y destrozó la alambrera que delimitaba su finca para que las vacas no se salieran. Se lamenta que los dueños de los terrenos colindantes, "compañeros de profesión", como él mismo nos cuenta, no quieren ayudarle a reconstruir dicha alambrera.
"A Dios gracias me mantengo y espero vivir de mi profesión, no de las limosnas", remata Jesús.
