Almeida destaca el "trabajo heroico" de los servicios de emergencia tras el derrumbe
El edificio derrumbado en Hileras no tenía quejas en canales oficiales del Ayuntamiento
El alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, ha asegurado que el edificio derrumbado en la calle Hileras, que ha dejado cuatro muertos, no contaba con quejas respecto a las obras en los canales oficiales del Ayuntamiento de Madrid, que concedió la licencia en febrero de este año.
Así lo ha asegurado en una rueda de prensa en el Palacio de Cibeles tras el derrumbe de un edificio en obras en el centro de Madrid que este martes ha dejado un total de cuatro víctimas mortales, tras localizar los equipos de emergencia en la madrugada del miércoles a las dos últimas personas que permanecía desaparecidas.
El alcalde madrileño ha insistido en que se están buscando "posibles quejas" en los canales del Ayuntamiento pero aún no se ha encontrado ninguna de ellas: "En este momento no consta pero la instrucción es hacer un repaso exhaustivo", ha remarcado el primer edil.
"No nos consta que se hubieran presentado o, al menos, no nos consta haber encontrado ninguna de esas posibles quejas que se hubieran producido", ha agregado Almeida.
Respecto a la supervisión y vigilancia de la obras, tras obtener la licencia en febrero de 2025, Almeida ha señalado que esto le corresponde a la dirección facultativa de la dirección de obra que es la que "legalmente" tiene encomendada el cumplimiento de esas obligaciones y, por tanto, "es quién debe garantizar la seguridad en la ejecución de las obras".
Almeida ha señalado que es "todavía aventurado" apuntar a las causas del colapso pero ha añadido que una de las hipótesis es que en la sexta planta del edificio había apilado "material de obra" que podría haber provocado el derrumbe, pero ha insistido en que se trata de una hipótesis.
Por otro lado, el alcalde sí ha precisado que se cayeron 50 de los 200 metros de la sexta planta del edificio, a lo que ha añadido que si se hubiera caído en su totalidad "hubiera podido alcanzar hasta a las cuarenta personas que en ese momento trabajaban dentro del edificio".
"Pudo ser aún una tragedia mucho mayor", ha dicho el alcalde madrileño, quien ha lamentado el fallecimiento de cuatro personas: una responsable llamada Laura (en un principio se informó de que era la arquitecta del proyecto), y tres obreros identificados como Dambéle, Alfa y Jorge, originarios de Malí, Guinea y Ecuador, de entre 30 y 50 años, todos ellos empleados de la empresa constructora ANKA.
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