...Lo citamos brevemente hace unos días, pero nos quedamos con ganas de saber más...
...una bombilla que alumbra mucho más eficientemente y que es para siempre...o eso dicen
...La bombilla creada por OEP Electrics responde a la necesidad actual de un compromiso con el medio ambiente. Al durar de por vida, no genera residuos. Al mismo tiempo, permite un ahorro energético de hasta un 92% y emite hasta un 70% menos de CO2.
...Hemos dado con el inventor de esta bombilla....Benito Muros;...antes las cosas duraban más...no es una falsa impresión ni una creencia;...se puede aplicar su investigación y sus desarrollos a otros aparatos...
Anécdota:
Para llevar a cabo su investigación, Muros viajó hasta el parque de bomberos de Livermore (California), lugar en el que hay una bombilla que lleva encendida de forma ininterrumpida más de 111 años. Allí contactó con descendientes y conocidos de los creadores de esa bombilla, pero no existía documentación al respecto. Sin embargo, consiguió las bases a partir de las cuales comenzó su investigación.
Ejemplo de ahorro:
Tipo de comercio: FARMACIA
Horario:: 24 horas
Nº Halógenos: 80
Horas funcionamiento: 24 horas / día
Días de apertura mensual: 31
Coste KW/H: 0,12 €
Factura mensual con halógenos de 50W: 357 €
Factura mensual con OEP ELECTRICS: 35 €
Ahorro mensual: 322 €
Inversión inicial: 2.939 €
Amortización: 8 meses
Subvención: 20%
Cada producto que se vuelve obsoleto, supone contaminación al deshacerse de él. O sea, que el actual sistema económico y de producción no se ajusta nada a la armonía ni al equilibrio.
Y aquí entramos en a falsedad en la comercialización.
Generalmente la obsolescencia la planifica el fabricante, estudiando el tiempo óptimo para que el producto deje de de funcionar correctamente y necesite reparaciones o su substitución, sin que el consumidor pierda confianza en la marca. Otras veces crean un producto determinado, que más adelante se vende (exactamente el mismo) únicamente cambiando su diseño. Y otra manera más es la de comercializar productos incompletos o de menores prestaciones, a bajo precio, para afianzarse en el mercado ofreciendo posteriormente el producto mejorado (tal y como se pudo comercializar desde un principio) y con la ventaja añadida de que el consumidor (a quien tratan como a un tonto útil) se lleve la falsa imagen de empresa joven y novedosísima. En cualquier caso de lo que se trata es de que el fabricante gane más dinero, a costa de lo que sea.