Los vecinos de la Glorieta de Embajadores llevan más de una década soportando cómo los taxis de la droga recogen a toxicómanos para llevarles hasta la Cañada Real, el gran supermercado de la droga. Se está barajando la posibilidad de poner un autobús que haga ese recorrido, pero ni vecinos, ni conductores de la EMT, ni los propios toxicómanos lo ven con buenos ojos.