Es una moda que arrasa en las redes sociales, pero los dermatólogos ponen el grito en el cielo. Consiste en algo muy sencillo: dejar que el sol queme la piel sin protección con la forma deseada. Pero, al margen de lo estético, puede provocar quemaduras y, a largo plazo, la aparición de manchas y la inducción de cáncer de piel.