Las fuerzas del orden han asestado un duro golpe al tráfico de la droga más peligrosa, conocida como shabú, que se distribuía en algunos salones de juego de la calle Bravo Murillo. Esta sustancia es una auténtica bomba de relojería para el organismo, quince veces más potente que la cocaína. Pero no es la única. Otras drogas de diseño como la caníbal, la burundanga, la krokodil o la miau miau, sustancias muy potentes que provocan reacciones extremas y daños gravísimos a quienes las consumen.