Todo empezó cuando el Ayuntamiento de Griñón multó a un empresario de la localidad, Emilio Gallego, con 60.000 euros por organizar bodas sin tener licencia.
El proceso sancionador no sentó nada bien al empresario que acabo con una denuncia por extorsión, coacciones y amenazas, interpuesta por el alcalde, José María Porras y tres funcionarios del consistorio.
Emplazamos tanto a Emilio Gallego como al alcalde, José María Porras para que explicaran ante nuestras cámaras el suceso.