(Actualizado

Tienen trabajo. Pero eso no les libra de vivir en una situación de absoluta precariedad. De forma paradójica, aquellos que nos han traído comida a casa durante los peores momentos del confinamiento se ven obligados a pedir su sustento en comedores sociales. Los "riders" también integran las cada vez más numerosas "colas del hambre" en Madrid.

La crisis del coronavirus puede arrastrar a 700.000 personas a la pobreza, según Oxfam Intermón

Visitamos uno de esos centros regentados por la congregación Hijas de la Caridad en el paseo General Martínez Campos. Sor Josefa nos cuenta cómo llegaron a pedir su ayuda. "Me pareció de justicia que se beneficiaran de esta ayuda porque a pesar de estar trabajando realmente lo que cobraban era mínimo", relata.