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Más de la mitad de los padres españoles (52%) confiesa que las pantallas reducen su tiempo de vida en familia; un 16% admite que generan problemas diarios en su hogar y un tercio (34%), que crean conflictos más de una vez a la semana, según el último informe anual de la plataforma de control parental Qustodio.

“Las pantallas están interfiriendo significativamente en la comunicación, y por tanto en la relación entre padres e hijos”, explica la psicóloga clínica Gabriela Paoli, autora del libro Salud digital: claves para un uso saludable de la tecnología.

¿A qué edad deberían tener los niños un móvil?

Esto ocurre especialmente en la edad preadolescente –entre los 11 y los 14 años-, por su uso más intensivo del móvil, según el mismo informe. Phubbing es un término en inglés que se forma de la palabra phone (teléfono) y snubbing (despreciar o ignorar). Es decir, se refiere a cuando ignoramos a quienes nos rodean durante una conversación para prestar atención al móvil. Más de la mitad de los jóvenes (55%) reconoce que practica phubbing de forma habitual, según un estudio de la Universidad de Zaragoza.

“La edad a la que los niños están conectados a internet es 0 años”, alerta Eduardo Cruz, director general de Qustodio. Cruz observa que “vivimos en una burbuja tecnológica continua, estamos hiperconectados y a veces cuesta salir de ella para dedicar tiempo exclusivo a familiares y amigos”. Destaca el papel fundamental de los padres, ya que “si los niños observan esta conducta, es normal que la normalicen e integren en su día a día”.

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“Para mí hay tres cuestiones principales”, resalta el director de Qustodio: la educación, que tiene que ver con los hogares con las creencias personales con las necesidades que tiene cada entorno familiar; luego el tiempo que dedicamos a las pantallas y cómo es compatible con nuestros objetivos, y por la naturaleza “segura” de nuestras pantallas.