El Gobierno ha aprobado el índice de rentas para el alquiler con el objetivo de enfriar el mercado inmobiliario poniendo un tope máximo al precio del alquiler, pero que solo se puede aplicar en aquellas comunidades autónomas que se adhieran al sistema y, por el momento, solo Cataluña lo ha hecho, aunque hay otras que lo están estudiando.
Pero entonces, ¿qué supone realmente este índice de precios?
La idea es que no se dispare el alquiler en las zonas tensionadas, es decir, en aquellas en las que el precio del arrendamiento supera el 30% de los ingresos medios de las familias en ese punto, o que está 3 puntos por encima del IPC de los últimos 5 años.
Por lo tanto, si una comunidad autónoma pide aplicar este índice, los propietarios que tengan más de 10 viviendas para arrendar, cuando renueve sus contratos, sólo podrán cobrar la cantidad del alquiler anterior o el que fije el sistema de referencia, el que sea más bajo de los dos.
En el caso de los pequeños propietarios, en la renovación se mantendrá el último alquiler, y si se arrienda por primera vez, será en base a ese índice de precios.
¿Cómo lo notaremos en la práctica?
En 120 Minutos hemos buscado dos ejemplos en Madrid, uno un piso de 57 metros cuadrados en Puente de Vallecas que se alquila por 1.200 euros. El índice marca en esa calle, para ese tipo de vivienda, un alquiler límite entre 535 y 716 euros, muy debajo de esos 1.200 euros que piden.
El otro ejemplo lo encontramos en un piso en la zona de Atocha que se alquila por 1.800 euros al mes. Consultando el índice de precios del Ministerio de Vivienda que está online y accesible a cualquiera, vemos que su precio tendría que estar entre los 1.080 y los 1.515 euros, es decir, 800 menos euros de lo que se pide.
Esta medida ya se ha aplicado en más países europeos, aunque con dudosos resultados ya que, según nos explicado María Matos, directora de estudios Fotocasa, “dónde se han limitado los precios creemos que han tenido el mismo resultado, menos oferta y precios más elevados”.
