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Antes de la llegada de la pandemia, que aceleró la forma que teníamos de relacionarnos digitalmente, uno de cada tres usuarios de aplicaciones de citas se consideraba adicto a este tipo de servicios. Según un estudio de la OCU, más de la mitad de usuarios de apps como Tinder ha tenido al menos un encuentro sexual mediante este servicio.

La accesibilidad y la inmediatez son dos de los elementos que hace que este tipo de aplicaciones sean tan utilizadas, tal y como explica la psiquiatra Sandra Bravo Herrero, que añade se trata de un "circuito de recompensa que genera dopamina y perpetúa la adicción”, igual que funciona nuestro apetito y nuestro deseo sexual y reproductivo.

¿Cuándo sabemos que se convierte en una adicción?

Bravo Herrero recomienda hacerse las siguientes seis preguntas para evaluar nuestro nivel de adicción y saber si se puede tratar de un problema. Se trata de la escala de PTUS (problematic Tinder use scale o "escala de uso problemático de Tinder"):

  • La prominencia: si la aplicación o la idea de deslizar dominan nuestro día a día, comportamientos y pensamientos.
  • Cambios de humor: cuando usarlo o no usarlo me cambia la actitud.
  • Tolerancia: cada vez lo necesitamos usar más para obtener el mismo placer.
  • Cuando dejamos de utilizarlo nos podemos poner nerviosos o tristes.
  • El conflicto: al utilizarlo estamos comprometiendo otras áreas de nuestra vida como el trabajo, amigos u ocio.
  • La recaida: cuando retomamos el uso después de haberlo retirado sentimos un alivio.