El reciente ataque del candidato republicano Donald Trump a su rival Jeb Bush por hablar en español durante su campaña electoral retrata, en opinión de varios académicos y periodistas, el provincianismo y el carácter autoritario del magnate inmobiliario.
Trump, quien ha hecho del exgobernador de Florida blanco permanente de sus críticas y escarnios, le descalificó de nuevo esta semana por hablar en español en un evento público en Miami, en vez de "dar ejemplo y hablar en inglés mientras esté en Estados Unidos".
A juicio del periodista y escritor Carlos Alberto Montaner, los comentarios vertidos por Trump contra Bush, casado desde hace 41 años con una mexicana, reflejan la persona que es: "El tipo de norteamericano provinciano que rechaza cualquier clase de elevación intelectual, como es hablar otra lengua o dominar otra cultura".
Por el contrario, resaltó Montaner a Efe, "sería muy bueno que el presidente pudiera hablar español", un idioma en el que ya se expresan en Estados Unidos más de 55 millones de personas.
Pero el aspirante a la nominación republicana Donald Trump se muestra impermeable a este tipo de lógica y le deja indiferente que más del 73 % de las familias hispanas utilicen el español para comunicarse en este país.
Este tipo de ataques verbales de Trump azuzan el movimiento del "English only", que busca reducir el español a categoría de idioma extraño y ajeno, cuando, de hecho, Estados Unidos "no es un país monolingüe", dijo a Efe Phillip M. Carter, profesor de Lingüística e Inglés de la Universidad Internacional de Florida (FIU).
Lo cierto es que comentarios "dañinos" como el vertido por Trump, prosiguió Carter, "reactivan o reafirman la falsa idea de que EE.UU es un país monolingüe o que debe serlo, y que el inglés es el único idioma que predomina".
De hecho, cualquier examen elaborado con rigor y objetividad en torno a la realidad demográfica y cultural estadounidense revela un dato que no se debe pasar por alto: "Somos un país de 300 millones de personas y, de ellos, 55 millones de nosotros hablamos español", contando los indocumentados y aquellos no latinos que lo han estudiado y aprendido, apostilló.
"Esto es una realidad empírica" y, además, puso de relieve el hispanista, la historia muestra que, "desde el principio, desde los padres fundadores (de la Constitución), Estados Unidos ha sido un país multilingüe".
Los padres fundadores decidieron "no incluir una lengua oficial en la Constitución" con un objetivo claro: "escapar a la tiranía de Europa", de una lengua o una religión impuesta por la fuerza.
Este es un "principio básico de los cimientos de Estados Unidos", dijo a Efe el periodista ecuatoriano Emilio Palacio.
"Una de las cosas más hermosas de este país es que se fundó sobre la idea de que nadie le puede imponer a un ciudadano sus creencias, idioma o manera de pensar. Es la libertad individual" la que forja la dirección de un país, redondeó Palacio, exiliado en Miami tras ser condenado a tres años de cárcel por una demanda del mandatario ecuatoriano Rafael Correa.
Palacio consideró que se comete un error al "tomar en broma" a Trump, quien lidera por un amplio margen todas las encuestas sobre las primarias del Partido Republicano y cada vez recorta más puntos a la aspirante demócrata Hillary Clinton.
No obstante, aunque sea "lamentable" ese tipo de descalificaciones y exista gente a la que le gusta escucharlos, "no son muchos", opinó Carter.
Y expresó su convencimiento de que el estadounidense medio "reconoce la globalización" y el hecho de que los "inmigrantes hispanos están aquí y están para quedarse. Siempre han estado aquí".
A la postre, profundizó Carter, las manifestaciones de Trump reflejan una "actitud de desprecio hacia los hispanos", ya que, subrayó, "hablar así del idioma español en Estados Unidos es una manera directa de referirte a los latinos", cuya población ronda los 53 millones de personas, según el Instituto Cervantes.
En su informe de 2015 "El español: una lengua viva", esta institución pone el foco en que se trata de la lengua de comunicación más pujante en el mundo, con casi 470 millones de personas que tienen este idioma como lengua materna.
En 2015, el 6,7 % de la población mundial es hispanohablante y las previsiones estiman que en 2030 los hispanohablantes serán el 7,5 %.
Si se cumplen las previsiones, en 2050 Estados Unidos será el primer país hispanohablante del mundo, una nación donde el español es, con mucha diferencia, el idioma que se estudia con mayor frecuencia en todos los niveles de enseñanza.
Por esta razón, la escritora Daína Chaviano, de origen cubano, consideró que las opiniones de Trump "pueden crear divisiones dañinas dentro del propio pueblo norteamericano, donde conviven tantas culturas e idiomas".
"Sólo a un ignorante como a Trump se le ocurre criticar a un norteamericano que posee la decencia y el conocimiento necesarios para responder en el idioma en que se le pregunta", concluyó Chaviano.