Llegar a la sierra es, en muchas ocasiones, posible gracias a las máquinas quitanieve que esparcen sal ante una previsión de nevada. Para optimizar el volumen de sal necesario, un equipo de ingenieros de la Universidad Carlos III ha desarrollado un curioso dispositivo.
Se trata de sensor óptico que detecta en tiempo real cuánta sal hay en el asfalto. De esta forma, se evita esparcir en exceso esta sustancia que, aunque impide la formación de hielo en las calzadas, también perjudica a los vehículos, las infraestructuras y el medio ambiente.
“Esta sobreactuación conlleva consecuencias tanto económicas –se gasta un producto de forma innecesaria– como medioambientales –el cloruro sódico perjudica a la vegetación y contamina acuíferos–, además de favorecer la corrosión de los vehículos y las infraestructuras”, explica Marta Ruiz Llata, profesora del departamento de Tecnología Electrónica en la UC3M.
El equipo del que forma parte la investigadora ha desarrollado el primer sensor óptico que registra la cantidad de sal residual que queda en el pavimento seco, “lo que resulta de gran interés en los tratamientos preventivos, ya que se puede evitar echar en exceso”.
REGISTRA LA CANTIDAD DE SAL RESIDUAL
El sensor registra la cantidad de sal residual en el pavimento seco. El sensor mide concentraciones menores a los 20 g/m2 de sal, la cantidad que no se recomienda sobrepasar.
“Además el dispositivo actúa de forma remota y su diseño compacto facilita su instalación en cualquier vehículo de mantenimiento de carreteras”, destaca Ruiz Llata. Los detalles se publican en la revista Sensors and Actuators B.
Esta investigación está impulsada por Alvac S.A., una empresa pionera en la conservación integral de carreteras. Está previsto que el sensor de la sal forme parte de un futuro sistema de monitorización de parámetros de calzada que el equipo está desarrollando en la actualidad.