De galleta crujiente, con crema de manzana y canela o frito, los roscones de Reyes más innovadores acaparan estos días la atención de los amantes del dulce, aunque no consiguen desbancar a la receta tradicional artesana, esencial para equilibrar las ventas anuales de los pasteleros. Después de varios años de caídas de ventas, este año los reposteros se han mostrado más optimistas con las previsiones navideñas, que alcanzan sus cotas más altas en estos días, "cuando se forman colas para comprar roscones recién salidos del horno", apunta el presidente del gremio nacional, Salvador Santos. Para Santos, la versión industrial, más económica y vendida en grandes superficies, no ha conseguido -a pesar de la crisis- robarle el trono a uno de los dulces más tradicionales de la Navidad, que representa un 18% de las ventas de la temporada para los pasteleros.